EUROPA
PRESS
13
octubre 2016
Percibir que se tiene un cuerpo obeso produce una satisfacción
corporal significativamente menor para las mujeres que para los hombres, según
revela un estudio de individuos sanos y su actividad cerebral al percibirse a
sí mismos como delgados u obesos.
Psicólogos
de la Universidad de York, en Reino Unido, y el Instituto Karolinska
de Estocolmo, en Suecia, descubrieron que la forma en la que percibimos nuestro
cuerpo desencadena directamente las respuestas neuronales que pueden llevar a
la insatisfacción corporal.
Para
crear una sensación ilusoria de pertenencia de un cuerpo, los participantes
llevaban un casco de realidad virtual y observaron un vídeo de un cuerpo obeso o
delgado desde una perspectiva en primera persona, de modo que cuando el cuerpo
se miraba hacia abajo parecía que les pertenecía. Entonces, los científicos
pincharon el torso de los participantes con un palo en sincronización con el
vídeo, provocando una ilusión viva sobre que el cuerpo del desconocido era el
suyo propio.
Mediante
la supervisión de la actividad cerebral en una imagen de resonancia magnética
funcional (fMRI), los investigadores encontraron una
relación directa entre la actividad en el lóbulo parietal del cerebro --en
relación con la percepción del cuerpo-- y la corteza cingulada
insular y anterior, que controla los procesos emocionales subjetivos como el
dolor, la ira o el miedo.
Este
tipo de investigación ayuda a arrojar luz sobre por qué quienes sufren de
trastornos de la alimentación como la anorexia nerviosa pueden verse afectados
por una percepción distorsionada de que su cuerpo tiene sobrepeso, cuando en
realidad es biológicamente incorrecto.
La
investigación de los individuos sanos permitió a los investigadores examinar la
relación entre la percepción y la emoción sin la posibilidad de que la
inanición del cuerpo pudiera afectar los resultados biológicos, como sucede en
la evaluación de las personas con trastornos de la alimentación.
Vulnerabilidad a problemas alimenticios
vinculada a un área cerebral
La
doctora Catherine Preston, profesora del Departamento de Psicología y autora
principal del estudio, subraya: "En la sociedad occidental de hoy, las
preocupaciones sobre el tamaño corporal y los sentimientos negativos hacia el
propio cuerpo son demasiado comunes".
Sin
embargo, añade, "se sabe poco acerca de los mecanismos neurales
que subyacen a sentimientos negativos hacia el cuerpo y cómo se relacionan con
la percepción del cuerpo y la patología en los trastornos alimentarios".
A su
juicio, esta investigación es "de vital importancia" porque revela la
relación entre la percepción del cuerpo y las respuestas emocionales con
respecto a la satisfacción del cuerpo y puede ayudar a explicar las bases
neurobiológicas de la vulnerabilidad a los trastornos alimentarios en las
mujeres.
El
profesor Henrik Ehrsson, profesor del Instituto Karolinska y coautor del estudio, añade: "Sabemos que
la mujer está en mayor riesgo de desarrollar trastornos de la alimentación que
los hombres y nuestro estudio demuestra que esta vulnerabilidad está
relacionada con una actividad reducida en una determinada área del lóbulo
frontal --la corteza cingulada anterior-- que está
vinculada con el procesamiento emocional".